Hace más de 30 años, el asesino del zodiaco frecuentó el área de la bahía de San Francisco cometiendo asesinatos al parecer al azar. A pesar de décadas de investigación por las cuatro fuerzas policiales, el Ministerio de Justicia de California, el servicio postal de los E.E.U.U., y el FBI, las autoridades nunca han identificado al autor de las matanzas. El asesino del zodiaco se ha ligado a siete asesinatos conocidos. Cada uno de éstos fue seguido por cartas enviadas por el autor de los asesinatos a los periódicos locales donde detallaba los crímenes, con apuntes que sólo el asesino podía saber.
Estas cartas fueron enviadas entre 1966 y 1974, comenzaron generalmente con el saludo: "éste es el zodiaco que habla" y fue firmado con lo que se ha convertido la insignia de los asesinos del zodiaco... una cruz dentro de un círculo.
Una carta enviada a la prensa local declaró que Cheri "no es la primera y no será la última" . "Habrá más."
El 20 de diciembre de 1968, David Faraday,de 17 años y Betty Lou Jensen, de 16 fueron encontrados en un camino rural al este de Vallejo en California. Un pistolero de noche los encontró allí y mató a ambos adolescentes, a David le habían pegado un tiro en la cabeza y Betty Lou apareció a pocos metros con cinco tiros en la espalda con una pistola automática del calibre 22.
El 4 de julio de 1969, Michael Mageau, de 19 años y Darlene Ferrin,de 22, conducían de noche en la ciudad. Michael creyó que alguien los estaba persiguiendo pero Darlene reconoció al motorista y le dijo "no te preocupes."
Pero en mitad de la noche, fueron atacados cuando un vehículo familiar se les acercó abriendo fuego con una pistola de 9mm. Disparó cuatro veces, Michael sobrevivió; Darlene, con nueve heridas, murió camino del hospital. Cuarenta minutos después, un policía local recibió una llamada anónima, informándole del asesinato. Antes de colgar, dijo: "también maté a esos cabritos el año pasado." Los amigos y parientes recordaron que Darlene Ferrin había estado sufriendo el hostigamiento con llamadas telefónicas anónimas y las visitas de intimidación de un extranjero semanas antes de su muerte. Darlene dijo que se llamaba Paul quien le dijo que iba a acabar con ella pues había sido testigo de un asesinato. La policía buscó a "Paul" pero nunca fue localizado ni identificado.
El 31 de julio de 1969, el asesino envió cartas a tres periódicos de la bahía, cada uno contenía una mitad de una cifra secreta. El mensaje decía "Es un placer matar a la gente, es más, me divierte." El autor explicaba que matar requería un gran esfuerzo, se trataba de "recoger esclavos," quienes le servirían en la vida futura. Otra correspondencia enviada el 7 de agosto, introdujo el nombre del "zodiaco" y con los detalles del último asesinato.
El 27 de septiembre, Bryan Hartnell y Cecilia, ambos de 20 años, gozaban de una apacible comida campestre en el lago Berryessa cuando fueron atacados por un pistolero encapuchado. Apuntándolos con una pistola, el extranjero se describió como un presidiario que se había escapado y necesitaba su coche para "ir a México." Apuñaló a Bryan cinco veces y a Cecilia 14 veces. El asesino se detuvo en el coche de Bryan y escribió en la puerta: 12-20-1968 y 7-4-1969
Una llamada telefónica puso en alerta a la policia sobre brutal crimen pero un pescador ya había descubierto a las víctimas.
El 11 de octubre dispararon a Paul Stine, taxista de San Francisco con una pistola automática de 9mm. Los testigos vieron como el pistolero se escapó corriendo. En la estela del asesinato de Stine, el asesino del zodiaco lanzó una nueva carta así como un trozo de la camisa del taxista. También hizo llamadas telefónicas a la policía de Oakland amenazando "atacar a un autobús escolar", también aseguró cambiar su método de "recoger almas": "parecerán los robos rutinarios, matanzas en cólera, y algunas simularán suicidios".
En 1970, Kathleen Johns conducía con su hija cerca de California, cuando un motorista se acercó para decirle que un neumático posterior de su coche estaba deshinchado, el motorista le ayudó pero cuando retomó la marcha, la rueda se cayó. Su benefactor le ofreció llevarlas al taller más cercano, cogiendo a Kathleen en una impulsión sin rumbo a través del campo, amenazando su vida y la de su niña.
Nueve cartas más fueron recibidas del asesino del zodiaco entre abril 1970 y 1971. Hasta hoy, el caso sigue ABIERTO.